Como por arte de magia, y usando un extraño pacto con el divino Mefistófeles, los simpares Mortadelo y Filemón, esos célebres agentes de la T.I.A., acaban de cumplir su primer medio siglo, como sin nada. Eso si, Francisco Ibáñez, que sigue amarrado a su ´como el primer día`, a su tablero de dibujo, eso sí, ´ahora superando el mono de haber dejado recientemente el tabaco`.
Aparecidos en el nº 1394 del semanario Pulgarcito, la estrella de la entonces ya dominante Editorial Bruguera, y con fecha de publicación 20 de enero de 1958, fueron fruto del proceso inevitable de selección de las varias propuestas que el autor entregó a la Dirección, allá por el otoño del 1957. Su entonces anacrónica y muy chocante imagen, remitía directamente a las varias parejas de detectives –Sherlock Holmes y Watson, como primicial modelo, claro-, y desde las páginas de aquel semanario, desde su catastrófica ´Agencia de Información`, fueron pasando a las demás publicaciones de la casa: al Tío Vivo y a los honores de las páginas centrales del Pulgarcito –época ahora recopilada de manera facsimil por Ediciones B- en 1963, a medida que el autor estrenaba calva, y era ya uno de los autores más prolíficos de la casa, donde daría vida a series tan memorables como 13 Rue del Percebe (1961), verdadera fórmula de feliz hallazgo, tan copiada de miles de comedias televisivas; el destructivo y sadicón Botones Sacarino (1963), tomando un modelo que refiere y adapta con sello muy propio al Gastón el gafe (semanario Spirou, 1957) del llorado maestro belga Franquín…
Su indisimulado alterego el rey del despiste y la siembra del caos, el enclenque Rompetechos, nacido en 1964 para el Tío Vivo, ha sido otra de sus creaciones más geniales, y ´efectivamente me siento un poco reflejado en ella`… Tanto es así que ´a pesar de haberme dedicado en los últimos quince años casi por completo a la serie de Mortadelo y Filemón, he metido en sus muchos episodios varias veces a este personaje, al que además desde hace un año recuperé para la revista Top Mortadelo, con nuevas páginas`.
Y no podemos más que desear al autor, en su dulce amarre al tablero de nuestras alegrías, otros cincuenta años para seguir disfrutando de las evoluciones y trapisondas de tan originales personajes llevados por segunda vez al cine con un gran éxito, y gozando en España, varios países europeos, y especialmente Alemania de una enorme popularidad.
La obra de Ibáñez, además de extensa, es intensa, gratificante de leer –podríamos definir a la serie de Mortadelo y Filemón-, como el cómic que gusta a los que no siguen, ni coleccionan el medio… es un dechado de simpatía, caja de mil sorpresas, y momento de sana evasión, de chufla y regodeo múltiple. Es la última superviviente directa de la legendaria Escuela Bruguera.
D. C.
- Ilustramos el texto con una foto reciente de Francisco Ibáñez. La primera página publicada en el nº 1394 de Pulgarcito, y una curiosa portada, autorretrato del año 1984, momento de crisis de supervivencia de la Editorial Bruguera, cuando entraron personas destinadas a renovar su gestión, y salvarla de la inminente – e inevitable dos años después: en mayo de 1986- quiebra y desaparición como tal.
- En cursiva hemos reproducido fragmentos de una reciente charla con el autor.
Aparecidos en el nº 1394 del semanario Pulgarcito, la estrella de la entonces ya dominante Editorial Bruguera, y con fecha de publicación 20 de enero de 1958, fueron fruto del proceso inevitable de selección de las varias propuestas que el autor entregó a la Dirección, allá por el otoño del 1957. Su entonces anacrónica y muy chocante imagen, remitía directamente a las varias parejas de detectives –Sherlock Holmes y Watson, como primicial modelo, claro-, y desde las páginas de aquel semanario, desde su catastrófica ´Agencia de Información`, fueron pasando a las demás publicaciones de la casa: al Tío Vivo y a los honores de las páginas centrales del Pulgarcito –época ahora recopilada de manera facsimil por Ediciones B- en 1963, a medida que el autor estrenaba calva, y era ya uno de los autores más prolíficos de la casa, donde daría vida a series tan memorables como 13 Rue del Percebe (1961), verdadera fórmula de feliz hallazgo, tan copiada de miles de comedias televisivas; el destructivo y sadicón Botones Sacarino (1963), tomando un modelo que refiere y adapta con sello muy propio al Gastón el gafe (semanario Spirou, 1957) del llorado maestro belga Franquín…
Su indisimulado alterego el rey del despiste y la siembra del caos, el enclenque Rompetechos, nacido en 1964 para el Tío Vivo, ha sido otra de sus creaciones más geniales, y ´efectivamente me siento un poco reflejado en ella`… Tanto es así que ´a pesar de haberme dedicado en los últimos quince años casi por completo a la serie de Mortadelo y Filemón, he metido en sus muchos episodios varias veces a este personaje, al que además desde hace un año recuperé para la revista Top Mortadelo, con nuevas páginas`.
Y no podemos más que desear al autor, en su dulce amarre al tablero de nuestras alegrías, otros cincuenta años para seguir disfrutando de las evoluciones y trapisondas de tan originales personajes llevados por segunda vez al cine con un gran éxito, y gozando en España, varios países europeos, y especialmente Alemania de una enorme popularidad.
La obra de Ibáñez, además de extensa, es intensa, gratificante de leer –podríamos definir a la serie de Mortadelo y Filemón-, como el cómic que gusta a los que no siguen, ni coleccionan el medio… es un dechado de simpatía, caja de mil sorpresas, y momento de sana evasión, de chufla y regodeo múltiple. Es la última superviviente directa de la legendaria Escuela Bruguera.
D. C.
- Ilustramos el texto con una foto reciente de Francisco Ibáñez. La primera página publicada en el nº 1394 de Pulgarcito, y una curiosa portada, autorretrato del año 1984, momento de crisis de supervivencia de la Editorial Bruguera, cuando entraron personas destinadas a renovar su gestión, y salvarla de la inminente – e inevitable dos años después: en mayo de 1986- quiebra y desaparición como tal.
- En cursiva hemos reproducido fragmentos de una reciente charla con el autor.
1 comentarios:
Publicar un comentario